[spoiler intro=”Turísmo ornitológico” title=””]
La reunión de dos factores, como son el mosaico de ambientes de la Hoya de Huesca que configura enormes posibilidades de paisajes y hábitats para las aves por un lado, y la abundancia de zonas protegidas, como las ZEPAs (zonas de especial protección para las aves), seis en total, por otro, confiere a esta comarca un prestigio nacional e internacional en cuanto a turismo ornitológico.
Dentro de los barrancos calizos de la Hoya moran una de las mayores concentraciones de aves rupícolas de toda Europa, y dentro de éstas, una nutrida presencia de aves rapaces, aves éstas carnívoras, reconocibles por su pico curvado y sus garras fuertes y encorvadas.
Las más relevantes son los buitres leonados por su número, y el quebrantahuesos por ser una especie en vías de extinción (además, es el único ave del planeta que se alimenta de huesos) que aquí disfruta de uno de los pocos reductos europeos en los que aún permanecen.
La sierra de Guara y el denominado Reino de los Mallos se han convertido en verdaderos paraísos para la observación de rapaces rupícolas. Alimoches (boletas, en aragonés), buitres leonados, águilas, el citado quebrantahuesos o el elanio azul.
Sobre los cielos de los conglomerados y barrancos que atraviesan la comarca se pueden distinguir las características siluetas de cada una de estas grandes rapaces, planeando con maestría a merced de las corrientes de aire.
En diferentes puntos de la Hoya se han habilitado espacios, tanto cerrados como al aire libre, que constituyen verdaderos observatorios para el disfrute y estudio de estas aves. Puedes encontrarlos en las localidades de Riglos y en Santa Cilia de Panzano.
Además de aves rapaces, las aves limícolas tienen su hábitat en los humedales del llano de la Hoya: los humedales de la Alberca de Valdabra, la de Loreto y la de Cortés, en Chimillas, todas a escasos kilómetros al sur de Huesca, y sobre todo el conjunto de la Alberca de Alboré y el embalse de la Sotonera, estas últimas albergando además una importante población de grullas, al ser el descansadero más próximo a la cordillera pirenaica.
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